miércoles, 5 de septiembre de 2018

Una mirada a lo que está pasando con el maltrato entre estudiantes


La Superintendencia de Educación acaba de realizar un estudio centrado en las denuncias de maltrato físico y psicológico entre estudiantes, presentadas por las familias desde 2014 a la fecha. Estas situaciones encabezan la lista con un 20,8% a nivel nacional. El objetivo fue conocer con mayor detalle el tipo de agresión y el contexto en que se producen estas prácticas, como insumo para reforzar las herramientas preventivas en la escuela.Alexis Ramirez
El informe da cuenta de un dato relevante. Que las denuncias de maltrato entre pares tuvieron un alza del 21,4% entre enero y noviembre de este año, con respecto al mismo periodo de 2016, y que en estos 11 meses la Superintendencia de Educación ha recibido 8,2 denuncias diarias por esta materia, a diferencia de las 6,7 ingresadas por día el año pasado.

Éstas provienen en su mayoría de la Educación Básica (72,9%) y, en específico, del segundo ciclo, donde los cursos Quinto y Séptimo concentran las tasas más altas. La Educación Media aparece a distancia, con un 23,5%.

Usando categorías e indicadores propuestos por Unicef, y para un análisis más fino, se levantó además una muestra aleatoria de 746 denuncias a nivel nacional, recibidas entre 2016 y 2017.

Esta vista permitió constatar que respecto del maltrato físico el género masculino aparece como el más agredido (58,4%) y también como el más agresor (68%); que en un 79% de las denuncias el agresor es un compañero del mismo curso; que el 87% tiene, incluso, la misma edad; que el 66% de las situaciones fueron cometidas por un agresor individual y que el 63% de las agresiones son reiteradas, sin uso de objetos (golpes, patadas) y, en menor medida, con elementos externos, especialmente en salas de clases y patios.

Como contrapartida, en el maltrato psicológico, es el género femenino el que aparece como el más agredido (66%) y también como el más agresor (53%); en la mayoría de los casos (92,3%) la agresión provino de un compañero de curso; en un 69,2% se trató de un agresor individual y en un 87,7% las agresiones fueron reiteradas en el tiempo.

Una luz de alerta es que el maltrato psicológico –que es tanto o más grave que el físico por el daño que provoca y por lo difícil de detectar- comienza a aumentar en la medida que los niños crecen. El contar con mayores recursos verbales, mayor acceso y uso de redes sociales, junto a otros factores y sin una adecuada orientación, conllevan a un aumento de las conductas de exclusión y hostigamiento.

La fobia escolar, el no querer asistir al establecimiento o dejar de ir, con el consiguiente riesgo de pérdida del año escolar o deserción; el daño psicológico y emocional y el bajo rendimiento académico, son algunos de los graves efectos denunciados por los padres, madres y apoderados, de los que todos tenemos que hacernos cargo, tal como lo están haciendo miles de escuelas a través de todo el país, en materia de estrategias de prevención para generar climas escolares amables y apropiados para el proceso de enseñanza aprendizaje.
 
Alexis Ramírez Orellana
Superintendente de Educación
                                                 

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